
Las tortillas con azúcar y canela son un recuerdo de la infancia para muchos, un sabor que evoca momentos cálidos y entrañables. Su simplicidad es, precisamente, su encanto: unas tortillas, azúcar y canela, pero lograr que ese dulce quede perfecto, con un acabado crujiente y caramelizado, requiere algunos trucos.
Aunque parezca una receta elemental, muchos se preguntan cómo obtener ese dorado uniforme y ese sabor a caramelo que diferencia una buena tortilla dulce de una sencilla tortilla espolvoreada. La clave reside en el control de la temperatura, la calidad de los ingredientes y en la técnica que empleemos para cocinar estas delicias.
La elección de las Tortillas
La base de unas tortillas dulces perfectas es, naturalmente, la tortilla misma. Elegir una tortilla de buena calidad, preferiblemente recién hechas, impactará directamente en el resultado final. Las tortillas deben ser suaves y flexibles, capaces de enrollarse sin romperse.
Evita las tortillas que estén muy secas o quebradizas, ya que se desharán al intentar manipularlas. Las tortillas de harina de trigo son las más comunes para esta receta, pero también puedes experimentar con tortillas de maíz, aunque el sabor y la textura serán diferentes. La frescura es un factor determinante.
Si no tienes tortillas recién hechas, puedes calentarlas ligeramente en un comal o sartén para que recuperen su flexibilidad antes de añadir el azúcar y la canela. Esto permitirá que se enrollen con mayor facilidad y que el azúcar se adhiera mejor a la superficie. La calidad marcará la diferencia en el sabor.
La proporción perfecta de azúcar y canela
La proporción de azúcar y canela es fundamental para lograr el equilibrio de sabores deseado. La cantidad ideal dependerá de tu preferencia personal, pero una buena regla general es utilizar aproximadamente una cucharada de azúcar y media cucharadita de canela por cada tortilla.
El azúcar moreno o mascabado, además de aportar un sabor más complejo, ayuda a la caramelización. La canela debe ser, idealmente, canela en polvo de buena calidad, con un aroma intenso y fragante. Un poco de nuez moscada también combina muy bien.
Si eres amante de los sabores más intensos, puedes aumentar ligeramente la cantidad de canela, pero ten en cuenta que un exceso puede llegar a eclipsar el sabor dulce del azúcar. Experimenta con las cantidades hasta encontrar la combinación que más te guste.
El secreto del Caramelizado

Para lograr ese acabado caramelizado tan atractivo, es crucial controlar la temperatura del comal o sartén. La temperatura ideal es media-baja; demasiado calor quemará el azúcar antes de que tenga tiempo de derretirse y caramelizarse, mientras que una temperatura demasiado baja resultará en tortillas blandas y sin textura.
Añade una pequeña cantidad de mantequilla o aceite vegetal al comal para evitar que las tortillas se peguen y para facilitar el proceso de caramelización. La mantequilla aportará un sabor más rico, mientras que el aceite vegetal es una opción más ligera. La paciencia es crucial para que no se quemen.
Vigila de cerca las tortillas mientras se cocinan, girándolas con frecuencia para asegurar una cocción uniforme. El azúcar comenzará a derretirse y caramelizarse, adquiriendo un color dorado y un brillo tentador. Presta atención al aroma; cuando percibas un olor a caramelo, es señal de que están listas.
Técnicas para un enrollado perfecto
Enrollar las tortillas de forma apretada y uniforme es esencial para que el proceso de caramelización sea homogéneo y para que el relleno no se escape. Extiende una fina capa de azúcar y canela sobre la tortilla, dejando un pequeño borde libre en los extremos. La uniformidad es clave.
Comienza enrollando la tortilla desde un extremo, apretándola firmemente a medida que avanzas. Si la tortilla se resiste, puedes calentarla ligeramente antes de añadir el azúcar y la canela para hacerla más flexible. Una técnica útil es doblar los bordes hacia adentro antes de enrollar para evitar que el relleno se dersume.
Una vez enrolladas, coloca las tortillas en el comal caliente y presiónalas ligeramente con una espátula para asegurar que queden bien adheridas y que el calor se distribuya uniformemente. La presión ayuda a que se peguen y se cocinen de forma pareja.
Conclusión
En definitiva, unas tortillas con azúcar y canela perfectas no son solo una cuestión de tener la receta, sino de comprender los matices de cada ingrediente y de la técnica utilizada. Prestar atención a la calidad de las tortillas, la proporción de azúcar y canela, la temperatura de cocción y la forma de enrollarlas marcará la diferencia entre un simple antojo y una verdadera delicia.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de unas tortillas dulces con un acabado caramelizado irresistible, un bocado que te transportará a los mejores recuerdos de tu infancia. La práctica es la mejor forma de perfeccionar la técnica y descubrir tus propias variaciones y secretos.